Curado por: Jorge Valdés Garciatorres, MDO, PMP
«Todas las cosas aparecen y desaparecen
por la concurrencia de causas y condiciones.
Nada existe completamente solo;
todo está en relación con todo lo demás».
– Buda
Había una vez un hombre que vivía cerca de la frontera entre dos países. Cada semana, este hombre cruzaba la frontera montado en un burro, llevando consigo un saco de paja. Los guardias fronterizos, sospechando que era un contrabandista, lo detenían cada vez que cruzaba. Revisaban minuciosamente el saco, buscando cualquier señal de contrabando, pero siempre encontraban solo paja.
Esto ocurrió semana tras semana, durante meses. Los guardias estaban convencidos de que el hombre debía estar contrabandeando algo, pero nunca podían encontrar nada. Revisaban el saco, los burros, e incluso al propio hombre, pero no había señales de nada ilegal. Al final, resignados, dejaban que el hombre continuara su camino.
Años después, uno de los guardias, ya retirado, se encontró con el hombre en el mercado. Curioso y sabiendo que ya no tendría consecuencias, el guardia le dijo: «Siempre estuve seguro de que estabas contrabandeando algo, pero nunca pude descubrir qué era. Ahora que ha pasado tanto tiempo, dime:
¿Qué era lo que estabas contrabandeando?»
El hombre sonrió y respondió: «Burros.»
La historia que antecede la leí en algún contenido de Leandro Herrero, la verdad, la memoria me traiciona, no se si fue algo que traduje con su autorización o algo que leí en alguno de sus libros. La historia me gustó mucho y desde entonces la he usado varias veces pues, desde mi punto de vista, ayuda a entender algunos comportamientos que alguna vez hemos tenido y que colectivamente se llaman sesgos cognitivos.
Ser capaz de ver el panorama completo se ha vuelto más esencial que nunca. A menudo escuchamos sobre pensamiento estratégico, pero ¿qué hay del pensamiento sistémico? Si bien el pensamiento estratégico puede enfocarse en objetivos de largo plazo, el pensamiento sistémico considera cómo cada parte del sistema interactúa con las demás. Este enfoque no se trata solo de resolver problemas aislados, sino de comprender las conexiones y relaciones que los causan y que podrían amplificarse en el futuro.
Un enfoque sencillo para empezar a ampliar nuestra visión y panorama es el que proponen de Derek y Laura Cabrera y que se conoce como DRSP (Distinciones, Relaciones, Sistemas y Perspectivas). Este modelo ofrece una estructura clara para entender el pensamiento sistémico al desglosar cómo diferenciamos elementos (Distinciones), cómo se conectan entre sí (Relaciones), cómo forman sistemas completos (Sistemas) y cómo las diversas perspectivas influyen en nuestra comprensión de dichos sistemas (Perspectivas). El enfoque DRSP no solo ayuda a entender la complejidad, sino que también ofrece un camino práctico para gestionarla.
Si te interesa potenciar esta habilidad y elevar tu impacto personal y profesional, aquí te presento siete características de los pensadores sistémicos que quizá te sorprendan:
1. No obsesionados con los detalles
Contrario a lo que podrías esperar, los pensadores sistémicos no siempre se centran en los detalles individuales. En cambio, se sienten más cómodos con una vista global de las interacciones dentro del sistema.
Los detalles son importantes, pero ellos prefieren ver las conexiones entre esos detalles para entender cómo afectan al todo.
¿Cómo practicar?
2. Naturalmente conectivos
Los pensadores sistémicos siempre buscan entender cómo las cosas están conectadas. No se conforman con respuestas simples, ya que entienden que cada decisión tiene múltiples efectos. Ellos son expertos en ver las interrelaciones entre diferentes elementos de un sistema y cómo se afectan mutuamente.
¿Cómo practicar?
3.Centrado en acciones sostenibles
Para los pensadores sistémicos, las acciones inmediatas son solo un fragmento de la ecuación. Lo que importa es cómo esas acciones afectarán el sistema a largo plazo.
Si aplican soluciones rápidas, se aseguran de aplicar primeros auxilios para resolver problemas superficiales, sin embargo están conscientes de que deben intervenir con acciones complementarias que fortalezcan el sistema en su totalidad.
¿Cómo practicar? (vs DRSP):
4.Brutalmente honestos
Al igual que en el pensamiento estratégico, los pensadores sistémicos valoran la honestidad. Pero, no me malinterpreten, ser brutalmente honesto, no quiere decir ser grosero o poco diplomático; lo que quiero decir es que para mejorar un sistema, hay que tener el coraje de admitir lo que no está funcionando siendo muy asertivo al plantearlo.
Esto significa ser transparente sobre las fallas estructurales o los puntos ciegos, incluso si eso resulta incómodo.
¿Cómo practicar? (vs DRSP):
5.Responsable por el sistema completo
Uno de los mayores retos del pensamiento sistémico es aceptar que no puedes culpar a los «elementos individuales» cuando algo sale mal.
Como pensador sistémico, entiendes que todo está interrelacionado y, en última instancia, cada persona es responsable de cómo el sistema funciona en conjunto.
¿Cómo practicar? (vs DRSP):
6.Excelentes comunicadores
Un pensador sistémico no solo tiene que entender el sistema, sino también explicar cómo funciona a otros.
La comunicación clara es vital, ya que los sistemas complejos a menudo se malinterpretan. Por eso, aquellos que dominan el pensamiento sistémico son capaces de simplificar ideas complejas y hacer que todos entiendan el panorama completo.
¿Cómo practicar?
7. Rompen las reglas convencionales
El pensamiento sistémico es, por naturaleza, algo no convencional. Requiere romper con las formas tradicionales de hacer las cosas y desafiar los supuestos establecidos. A menudo, los mayores avances ocurren cuando alguien tiene el coraje de cuestionar sus propios sesgos cognitivos y el sistema actual y proponer algo completamente diferente.
¿Cómo practicar?
El pensamiento sistémico no es solo una habilidad profesional, es una forma de ver el mundo que puede cambiar la manera en que interactúas con todo lo que te rodea.
Hace algún tiempo, tuve la fortuna de certificarme en el programa de Derek y Laura Cabrera, recuerdo que Derek compartió una reflexión acerca de que el pensamiento sistémico subyace a todos los demás pensamientos, por ejemplo: El pensamiento sistémico, el pensamiento de diseño, el pensamiento crítico, etc.
Para mí, fue un hito importante en mi carrera y en mi vida, pues entre otras muchas cosas ofrece una perspectiva invaluable para quienes buscan entender y abordar la complejidad del mundo actual.
Al ver cómo cada elemento se relaciona con los demás dentro de un sistema, te permite tomar decisiones más informadas, anticipar consecuencias a largo plazo y evitar soluciones rápidas que solo tratan los síntomas, en lugar de las causas profundas.
Los beneficios de adoptar este enfoque incluyen una mayor capacidad para resolver problemas complejos, optimizar procesos de manera sostenible y generar un impacto positivo más amplio.
Además, el pensamiento sistémico fomenta la innovación, al cuestionar los supuestos convencionales y abrir nuevas posibilidades. En definitiva, aquellos que dominan esta habilidad se convierten en líderes más conectados, influyentes y capaces de navegar en entornos inciertos.
Ahora que conoces 7 de los secretos mayormente guardados de los pensadores sistémicos, ¿estás listo para aplicarlo en tu vida? Imagina lo que podrías lograr si empiezas a ver las conexiones ocultas que otros pasan por alto. ¡Da el primer paso hacia una nueva forma de entender y actuar en tu entorno!
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