Muchos profesionales como tú han obtenido la certificación Scrum Master. La mayoría de profesionales veían en esta certificación la oportunidad de aplicar la agilidad en su organización para que ocurrieran cambios positivos. Con el tiempo, y con muchas frustraciones, se dieron cuenta que, ser Scrum Master es el inicio de la locura.
He tenido la fortuna de impartir muchas veces el curso de preparación para la certificación Scrum Master. En la mayoría de los alumnos podía ver como sus ojos se iluminaban cuando conocían por primera vez la Filosofía Ágil.
Descubrir que existen formas diferentes de trabajar inyecta un estímulo de motivación. Misma motivación que llevaba a los alumnos a obtener su certificación Scrum Master y a pensar cómo es que podía aplicar lo aprendido en su entorno laboral.
Poco a poco van matando a la motivación
Las personas que tienen su primer acercamiento con la agilidad descubren que hay formas distintas de trabajar a como lo han venido haciendo. Se dan cuenta que las personas y las interacciones son valoradas, al igual que la importancia de adaptarse a los cambios, entre muchas otras cosas que parecen lógicas una vez que te lo explican, pero que antes de esto no se lo habían cuestionado.
Ven en la agilidad una oportunidad de cambio, deciden convertirse en Scrum Master y están dispuestos a aplicar lo aprendido en sus equipos de trabajo, y con algo de suerte, en su organización.
No pasa mucho para darse cuenta que el reto va a ser más complicado de lo que parecía. La mentalidad tradicional y las viejas prácticas están tan arraigadas en la organización que se ve imposible una transformación ágil. Sin embargo, el estímulo de motivación todavía está presente.
Algunas personas recomiendan a sus compañeros de trabajo y a los miembros de su equipo el curso que acaban de tomar. Si tienen la influencia, incluso nos hablan para contratarnos un servicio de capacitación para uno o varios grupos. Previa explicación de los pros y contras, a veces llevamos a cabo esta capacitación.
Y a pesar de estos esfuerzos, los cambios para que un equipo, un departamento o parte de la organización se vuelva ágil, parece no rendir frutos. Ante esta situación, la motivación ya es muy poca y pareciera que solo hay dos opciones: Seguir haciendo las cosas como siempre se han hecho o seguir intentando hasta conseguir una transformación ágil.
Veamos donde está el problema
Cada organización es un Sistema Adaptativo Complejo que se enfrenta a su propio contexto y actúa de acuerdo con su propia cultura. Podría decir que no hay ninguna organización que sea exactamente igual.
Conociendo lo anterior, es importante mencionar que para llevar a cabo una transformación ágil no hay recetas de cocina ni un manual paso a paso que podamos seguir.
Desgraciadamente, algunos marcos de trabajo como Scrum, que por naturaleza son prescriptivos, se han querido aplicar como recetas paso a paso en contextos y culturas donde simplemente no encajan.
Cuando una organización nos pide capacitación para que un grupo de personas se conviertan en Scrum Master, les comentamos esto, que Scrum puede no ser lo que necesitan. Si el objetivo es lograr que un equipo de trabajo, un área o toda la organización adopten una filosofía de trabajo ágil, tenemos que analizar el contexto y revisar las opciones.
Ser Scrum Master es el inicio de la locura
Antes de continuar quiero dejar en claro que no tengo nada en contra de Scrum. De hecho, cuando yo lo descubrí, sentí ese mismo estímulo de motivación que me llevó a querer cambiar mi entorno y a aprender más de la Filosofía Ágil. Con el tiempo y la experiencia ganada he aprendido que para cada contexto podemos aplicar distintas herramientas.
En los últimos años la Filosofía Ágil ha tenido una explosión en popularidad y adopción, la cual ha derivado en una lista interminable de herramientas ágiles que podemos adaptar a nuestro entorno. Ante tantas opciones puede ser difícil elegir la herramienta adecuada. Afortunadamente existe Disciplined Agile.
Disciplined Agile se describe a sí mismo como la caja de herramientas que agrupa todas las opciones, o por lo menos las más relevantes. En esta caja de herramientas han clasificado estas opciones para que nosotros, las personas entusiasmadas en implementar la agilidad, podamos elegir la opción que se ajustará mejor a nuestro contexto.
Ser Scrum Master es el inicio de la locura, es la oportunidad de abrir nuestra mente a nuevas formas de trabajar. Disciplined Agile nos proporciona esta caja de herramientas ordenada y con un instructivo claro con el cual podemos elegir.
¡Quiero aprender a usar la caja de herramientas de Disciplined Agile!
Estoy seguro que quieres aprender más de la caja de herramientas de Disciplined Agile y en este enlace puedes consultar los webinars que hemos realizado sobre este tema.
Pero para que vayamos aclarando el tema desde ahora, quiero comentarte una de las dudas que más he visto entre las personas que quieren aprender sobre Disciplined Agile. Los principales cursos que puedes tomar para aprender a utilizar la caja de herramientas son Disciplined Agile Scrum Master DASM y Disciplined Agile Senior Scrum Master DASSM.
Lo sé, los nombres no ayudan mucho, son muy parecidos entre ellos y por supuesto, se confunden con el curso de preparación para la certificación Scrum Master.
Veamos rápidamente las diferencias de estas certificaciones Scrum Master:
Disciplined Agile Scrum Master DASM. Es un curso donde aprenderás los fundamentos de Ágil y Lean. Explorarás múltiples técnicas y herramientas de métodos como Scrum, Kanban, SAFE® y más. Al tomar este curso puedes optar por realizar el examen para obtener la certificación del PMI, Disciplined Agile Scrum Master DASM.
Disciplined Agile Senior Scrum Master DASSM. Este es un curso para los practicantes ágiles experimentados en donde aprenderán a utilizar el kit de herramientas de Disciplined Agile. Al tomar este curso y contar con al menos dos años de experiencia trabajando en un equipo ágil, puedes optar por realizar el examen para obtener la certificación del PMI, Disciplined Agile Senior Scrum Master DASSM.
Scrum Master. Este es un curso orientado a dominar el rol de Scrum Master dentro del marco de trabajo Scrum. Al tomar este curso puedes optar por realizar el examen para obtener la certificación Scrum Master Certified (SMC®) de SCRUMstudy™.
Como podemos ver, las diferencias entre cada una son abismales, aunque tengan un nombre que en apariencia suena parecido.
Conclusiones
Considero que uno de los mayores aprendizajes que nos puede dejar la Filosofía Ágil es la necesidad de adaptarnos. Esta adaptación debe ser igual o más rápida que los cambios que surgen en el entorno de los negocios. Por eso es bueno conocer las opciones que tenemos a nuestra disposición.
Ser Scrum Master es un excelente primer paso para entrar al mundo de la agilidad, pero Disciplined Agile nos permite tener un salto exponencial para convertirnos en los agentes de cambio ágil que las organizaciones necesitan.