Por: Jorge Valdés Garciatorres, MDO, PMP
“Trata de alcanzar la luna,
porque aun si fallas,
aterrizarás en las estrellas”
Les Brown
Desde hace algún tiempo, había estado pensando que mi ciclo en la empresa en la que había estado trabajando por más de 20 años estaba llegando a su fin. A finales del siglo pasado, empecé más activamente a pensar qué podía hacer, ya fuera en otra empresa o bien por mi cuenta. En 2001 por fin me decidí e inicié el proyecto personal, familiar y profesional de lanzar una empresa.
Así, me asocié con una empresa de Estados Unidos y por 6 años hice productivas mis madrugadas, creando la página web, definiendo el modelo de negocio, traduciendo y estudiando los productos en fin preparándolo todo para dar el gran salto.
Antes de constituir la empresa, tuve la oprtunidad de probar, pues una organización nos contrató en 2005 para ofrecer nuestro primer PMP Prep. Así, pidiendo días de vacaciones y con la ayuda de dos queridos colegas, empezamos la aventura. Fue una experiencia religiosa. Extasis, poder compartir nuestra pasión y que nos pagarán por ello. Quizás eso fue lo que me dio el empujón final para lanzarme de lleno y dos años más tarde, por fin dejar mi empleo en una empresa a la que quiero mucho y formalizar la empresa.
En 2007 abrimos nuestros primeros grupos, en una sala modesta en el corazón de la Ciudad de México, nuestro sueño seguía avanzando. Con pasión y dedicación, lanzamos nuestra primera campaña para el programa de certificación PMP® Prep (Project Management Professional), convencidos de que estábamos plantando la semilla para algo grande.
Aquellas primeras cohortes estaban compuestas, como hasta ahora, por grupos diversos de profesionales, todos compartiendo el anhelo de mejorar y llevar la dirección de proyectos en México a un nuevo nivel.
Los desafíos iniciales no fueron pocos. En un entorno donde la certificación PMP® aún no era tan reconocida en México, nos enfrentamos a la tarea de transmitir, no solo a los profesionales, sino también a las organizaciones sobre la importancia de adoptar estándares internacionales en dirección de proyectos. Sin embargo, el entusiasmo y la convicción nos impulsaron a seguir adelante.
Entonces en 2008 nos contactó Javier González Fulle, de Chile, intersado en abrir una oficina en su país. Nos contrato dos cursos PMP® Prep para alrededor de 40 profesionales, turno matutino y vespertino, dos semanas. Tengo gratísimos recuerdos y amigos entrañables de nuestra visita al lindo país de Chile y su hermosa gente.
Así, comenzamos a atraer a profesionales de países vecinos, no solo nos expandimos geográficamente, abriendo oficinas en Ecuador, Guatemala, Costa Rica, República Dominicana, Panamá, El Salvador, Colombia, Perú, Honduras, sino que también nos hemos convertido en un referente en Latinoamérica.
A medida que avanzaban los años, nuestro programa comenzó a ganar reconocimiento. Cada nuevo grupo traía consigo muchas historias de sacrificio de nuestros alumnos, en la clase nos contaban sus frustraciones y también sus éxitos, nos enterabamos de proyectos innovadores y de impactos tangibles en sus respectivas industrias. Las recomendaciones de boca en boca y los resultados visibles impulsaron un crecimiento constante.
Hoy, después de 23 años de acariciar una idea mientras me trasladaba al trabajo, al alcanzar nuestro grupo número 1,000, miramos atrás con orgullo y gratitud. Cada uno de estos grupos representa más que un número; son miles de profesionales a los que hemos ayudado a dar un impulso a sus carreras y que han contribuido al desarrollo de sus organizaciones y comunidades. Hemos sido testigos de cómo la dirección efectiva de proyectos puede impulsar el progreso y la innovación en diversos sectores.
Este hito no hubiera sido posible sin la confianza de nuestras oficinas locales, nuestros alumnos y clientes corporativos, la dedicación y pasión de nuestros instructores y el apoyo incondicional de nuestros equipos de soporte. Hemos evolucionado, incorporando las últimas tendencias y tecnologías en nuestros programas, adaptándonos a los cambios y desafíos del mundo moderno.
Mientras celebramos este logro, renovamos nuestro compromiso de seguir brindando formación de clase mundial. Aspiramos a continuar siendo una plataforma donde los profesionales puedan crecer, compartir conocimientos y establecer conexiones significativas.
A nuestros clientes y alumnos, pasados y presentes, les decimos: ¡Gracias! Ustedes son la razón por la que existimos y la motivación para seguir adelante. Y a quienes están por unirse a este camino, les damos la más cálida bienvenida. Juntos, seguiremos construyendo un legado de dirección efectiva de proyectos para beneficio de Latinoamérica y del mundo.
¡Por otros mil grupos más y el continuo crecimiento de la comunidad PMP® en nuestra región!