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Creando ambientes de trabajo donde dé gusto trabajar

Un ensamble para potenciar la sabiduría colectiva y el involucramiento organizacional

Curado por: Jorge Valdés Garciatorres, MDO, PMP

“Una mentalidad de curiosidad hacia múltiples perspectivas
tiene más probabilidades de desencadenar ideas e inspirar la innovación”.

– Frank Barrett, Appreciative Inquiry –
A Positive Approach to Building Cooperative Capacity.

 

En un mundo cada vez más vertiginoso y que ha ido perdiendo la riqueza de lo humano, donde la tecnología, particularmente la Inteligencia Artificial y la eficiencia a menudo eclipsan las interacciones personales; las organizaciones enfrentan el desafío de no perder de vista el valor de la interacción humana, especialmente el valor de las preguntas poderosas (o lo que yo llamo el Human Prompt Engineering) y la magia del diálogo, partícularmente la de los diálogos apreciativos.

La rapidez de los cambios y el constante bombardeo de información pueden llevar a un entorno laboral donde la productividad se prioriza en detrimento del bienestar y desarrollo personal, sin saber que en el largo plazo, son las relaciones colabortativas sanas, redundan, no solo en la productividad, sino en el sentido de propiedad y en un trabajo significativo para los colaboradores.

Este escenario exige un replanteamiento radical de cómo las organizaciones valoran y tratan a sus colaboradores. No es solo una cuestión de retener talento, sino de cultivar un espacio donde las personas prosperen y estén motivados para dar lo mejor de sí. Crear ambientes donde dé gusto trabajar.

Adoptar prácticas que promuevan un enfoque más humano no solo es ético sino estratégicamente vital para la sustentabilidad organizacional en el largo plazo, ante un mundo cada vez más incierto.

Recientemente tuve la oportunidad de participar en un taller donde nos enseñaron o repasamos técnicas para habilitar procesos humanos. Me refiero al movimiento de Art of Hosting, el cual reafirmó mi creencia del poder mágico que tiene el entablar y promover diálogos significativos con las personas.

Ciertamente, durante mis estudios de maestría y mi carrera como consultor y fácilitador he tenido la suerte de atestiguar el pequeño milagro de un diálogo bien estructurado. Peropara que esto suceda sistemáticamente, es necesario que el facilitador trabaje dos aspectos de un taller facilitado: El arte de empaquetar preguntas poderosas (lo que yo llamo human prompt engineering) y algo que Kurt Lewin atinadamente denomino “campo”.

En la facilitación de procesos humanos, el campo es entendido como un espacio dinámico influenciado por las relaciones, interacciones, y el contexto cultural e histórico de los participantes. Los facilitadores deben tener una sensibilidad hacia la dinámica del campo con el fin de guiar efectivamente al grupo hacia sus objetivos, mientras manejan las influencias subyacentes que pueden afectar el proceso.

Ahora bien, el paisaje laboral moderno está en constante evolución, donde la retención y satisfacción de los colaboradores se han convertido en un barómetro trascendental para el éxito organizacional.

Ensamble – lo mejor de los mundos

En enología, que es el estudio y la ciencia del vino, el término “ensamble” se refiere al proceso de mezclar diferentes vinos para crear un producto final equilibrado y de alta calidad. Esta práctica se realiza con el fin de combinar las mejores características de cada vino, mejorando así su sabor, aroma y estructura.

Hace unos 22 años, en un curso de agilidad de proyectos en el que tuve la increible suerte de participar, tuve un intercambio con el instructor, que era Jim Highsmith, en donde, para ser breve, me recomendo tomar lo mejor de los enfoques predictivos y los adaptativos para tener una mejor práctica personal.

Extrapolando el consejo de Highsmith y la referencia del ensamble del mundo de la enología al de los marcos de referencia y del conocimiento puede ser una analogía útil para entender cómo se pueden combinar diferentes teorías, metodologías y práctica.

Extrapolando lo comentado en los párrafos anteriores, en el contexto de los marcos de referencia y del conocimiento, el “ensamble” podría referirse al proceso de integrar diversas teorías, métodos y prácticas para crear enfoques más adaptables, completos y efectivos.

En este contexto, preparar ensambles para realizar intervenciones con enfoques innovadores puede no solo ofrecer resultados sobresalientes, sino contribuir a generar endorfinas colectivas, lo que es sin duda un imperativo categórico de nuestros tiempos.

Aquí propongo los elementos para hacer un ensamble entre Art of Hosting, con la propuesta de valor al colaborador centrada en lo humano, propuesta por Gartner Group (Human-Centric Employee Value Proposition, EVP) y la iniciativa de Don’t Wait to Thank, promovida por Kevin D Monroe.

Considero que este tipo de ensambles no es solo una opción, sino una necesidad, pues estos enfoques ofrecen caminos hacia un espacio de trabajo más inclusivo y sensible a dos necesidades humanas básicas: 1. Sentir que pertenecemos a algo que nos trasciende y 2. sentirnos valorados en nuestro entorno.

Veamos cada uno de estos enfoques:

The Art of Hosting – Conversaciones que Importan

Art of Hosting no es solo una metodología, es una filosofía para facultar a las personas a través del diálogo. Este enfoque reconoce que cada colaborador trae una voz única a la mesa y facilitar conversaciones abiertas y auténticas puede desatar un potencial considerable en la toma de decisiones y la innovación, a través de interacciones humanas de alto impacto.

Al crear espacios donde las personas se sienten seguras y valoradas, las organizaciones pueden fomentar un sentido de comunidad y pertenencia que es fundamental para el compromiso a largo plazo.

Uno de los pilares más sencillos pero poderosos de Art of Hosting es el de Appreciative Inqury (lo que he llamado, la otra AI) o diálogos (indagación) apreciativos, como lo han expresado en español. Este enfoque facilitado tiene sus raices en el enfoque de investigación acción de Lewin y es muy poderoso porque utiliza la sabiduría colectiva para que a partir de sus fortalezas, se construya el futuro de la organización.

1. Figura 1: El ciclo de las 6Ds

 

Repensando la Propuesta de Valor para el Colaborador (EVP, por sus siglas en Inglés)

El concepto de EVP, valor centrado en el humano propuesto por Gartner Group reitera y moderniza lo que otros grandes pensadores como Herzberg, Maslow McGregor y Druker, entre otras muchas luminarias, han enfatizado: “las necesidades de los colaboradores van más allá de los incentivos financieros”. Factores como la flexibilidad laboral, oportunidades de crecimiento personal y profesional y el bienestar integral son críticos.

Al abordar estos aspectos, las organizaciones no solo mejora su atractivo como buen lugar para trabajar, atrayendo talento de manera natural, sino que también fortalecen su cultura corporativa, haciendo que los colaboradores se sientan más conectados y apoyados en su entorno laboral.

Los principios de EVP pueden usarse como valores subyacentes a la propuesta de Art of Hosting.

Don’t wait to thank: Fomentando la Gratitud en el Trabajo

La iniciativa Don’t Wait to Thank subraya la importancia de la gratitud intencional. Este movimiento anima a las personas a expresar agradecimiento de manera regular y significativa, no solo en ámbitos personales sino también profesionales.

Implementar una cultura de reconocimiento a través del agradecimiento, puede transformar las interacciones diarias en el trabajo, mejorando las relaciones entre colegas y aumentando la moral general. Este enfoque pone de manifiesto la forma en que los pequeños gestos de apreciación pueden tener un impacto poderoso en el ambiente laboral.

El ensamble: Integración de las Tres Estrategias

En el mundo de la música, un “ensamble” se refiere a un grupo de músicos que interpretan juntos, a menudo coordinando diferentes instrumentos para crear una pieza armoniosa y coherente. Cada instrumento y músico contribuye con su tono y estilo únicos, pero todos trabajan en conjunto para lograr una expresión artística unificada.

Yo uso el ensamble como una metáfora para explicar las intervenciones que en cojunto con el cliente diseñamos para contribuir a obtener buenos resultados.

En el ejemplo de ensamble que use en este espacio, la combinación de Art of Hosting, Human-Centric EVP y Don’t Wait to Thank puede contribuir a provocar un cambio positivo que impulse la creación de una cultura organizacional adaptativa, acorde a lo que exigen nuestros tiempos.

Cada una de estas estrategias se refuerza mutuamente pues contribuye a crear un entorno más humano y empático, donde los colaboradores no solo van a trabajar, sino que participan activamente en un ecosistema que valora su bienestar y desarrollo simbiótico organización-colaborador.

No es una creencia, ni es un mito, las organizaciones que han implementado estas prácticas reportan no solo un aumento en la satisfacción y retención de colaboradores, sino también mejoras en la productividad y innovación.

La necesidad de crear entornos que prioricen la “humanidad laboral” de los colaboradores es un imperativo categórico de nuestros días. En una era donde la “gran renuncia” señala un descontento generalizado con las prácticas laborales tradicionales, adoptar enfoques que promuevan el bienestar integral, el reconocimiento y la participación activa no es solo deseable, sino esencial. Las organizaciones que reconocen y actúan sobre esta necesidad no solo están invirtiendo en su gente, sino en su propio futuro sostenible.

Invito a líderes y gerentes a tomar pasos concretos hacia la integración de estas prácticas en sus actividades diarias. Los impactos, aunque a menudo subestimados, pueden ser profundos y duraderos, redefiniendo lo que significa tener un lugar de trabajo realmente humano y conectado en donde nos de gusto trabajar.

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