Colaboradores satisfechos
Llegar a convivir con personas que hasta hace unas semanas eran completos desconocidos, puede llegar a ser una tarea nada fácil. Trabajar con un grupo de personas que poseen cualidades, estudios, gustos, ideologías y hasta nacionalidades distintas, representa un reto que no puede ser tomado a la ligera por los responsables del proyecto.
Conocer a cada uno de los integrantes de nuestro equipo de trabajo, más allá de las capacidades técnicas que puede aportar al proyecto, puede ser de gran utilidad para generar empatía con ellos y saber cómo tratarlos para que la convivencia no sea un tema que nos deba preocupar.
Al planear las actividades que se realizaran, muchas veces se toma en cuenta el nivel de experiencia de los miembros del equipo, pues su grado de experiencia puede aumentar o disminuir el riesgo del proyecto. Pero qué sucede cuando la actividad a realizar esta planeada para que la realice una persona con amplia experiencia, pero que está pensando en cambiar de empleo, en estos casos el riesgo por su nivel de experiencia es mínimo, pero si el líder del proyecto no tiene de su conocimiento que dicha persona del equipo tiene en mente abandonar el proyecto en un momento dado, es un problema potencial que no se está tomando en cuenta en la planificación de riesgos.
Llegar a formar un equipo de alto rendimiento es el ideal de cualquier director de proyecto, pero es un trabajo que implica en muchas ocasiones, llevar a cabo acciones, más de sentido común que metodológicas. Cuando los líderes de proyecto generan confianza hacía su equipo, están generando una ventaja sobre aquellos líderes que solo ven empleados con ciertas cualidades técnicas en beneficio del proyecto.
Desde la etapa de integración, los líderes del proyecto deben estar atentos de los miembros del equipo, conocerlos más allá de la mera relación laboral, estar conscientes de que están tratando con seres humanos, que al igual que todos, tienen familia, problemas, días buenos y malos.
El acercamiento con el equipo de trabajo tiene como ventaja identificar factores que podrían tener un impacto en el proyecto, como lo es: Los tiempos que tardan en desplazarse hacía la oficina, si tienen hijos, si se encuentran estudiando, si tuvieron que mudarse de su lugar de origen, tal vez vienen de otro estado o incluso desde otro país.
No se trata de conocer las fortalezas y debilidades de tu equipo de trabajo para saber cómo manipularlos y conseguir de ellos lo que mejor convenga al proyecto. Se trata de conocer los factores externos que pueden afectar al proyecto y de conocer los factores humanos, para que las personas del equipo se encuentren satisfechas con el clima laboral, apoyándolos hasta donde se pueda para quitarles de su camino cualquier cosa externa que los pueda molestar y distraer de sus actividades.
Nuestros proyectos los encaminamos a generar satisfacción a nuestros clientes, pocas veces o nunca, nos volteamos a ver a nuestros colaboradores, a preguntarles si están a gusto con la forma de trabajar, si se sienten satisfechos con las actividades que realizan. Dirigir y liderar el equipo del proyecto también incluye la satisfacción del capital humano, la relación entre la satisfacción de los empleados, su rendimiento y la calidad del servicio es directamente proporcional.
Sobre el autor: Omar García