Año nuevo, proyectos y propósitos nuevos
Recién comienza un nuevo año las listas de deseos y propósitos no pueden faltar. Mudarse de casa, cambiar de empleo, conseguir una promoción dentro de la organización, obtener un aumento salarial, emprender un negocio y hasta el clásico bajar de peso, son los propósitos que nos planteamos al finalizar el año de cara a comenzar uno mejor.
Comúnmente comenzamos el año con la mejor disposición, traemos en la mente los propósitos que deseamos cumplir, las primeras semanas traemos la pila al cien, nuestra actitud y energías están enfocadas a que este año sea diferente.
Pero, algo extraño ocurre al transcurrir los días, poco a poco vamos olvidando esos propósitos y basta con echarle un vistazo a los gimnasios para darnos un ejemplo de lo que estamos hablando. En las primeras semanas están a reventar, pero después de que comienzan a transcurrir los días las personas dejan de ir. Así sucede con la mayoría de nuestros propósitos, poco a poco los vamos dejando y desgraciadamente tenemos que llegar a los últimos días del año para lamentarnos por no haberlos cumplido.
En nuestros proyectos las cosas no son muy diferentes, las primeras semanas todo el equipo se encuentra entusiasmado por un nuevo reto, llegan temprano y cumplen con el plan de trabajo, la estimación del cronograma de actividades incluso se ve holgado con los tiempos, el presupuesto es el necesario, todo apuntan a que, “ahora sí”, el proyecto salga en tiempo y forma.
Solo es necesario que pasen algunas semanas para que comiencen los retardos, para que las actividades dejen de ser cumplidas de acuerdo al plan de trabajo, el cronograma de actividades comienza a tener desviaciones y el presupuesto parece ser no suficiente.
Dejar la autoevaluación hasta el final del proyecto, como lo hacemos con los propósitos, y darnos cuenta que no se han cumplido los objetivos planteados al inicio sería un grave error, aunque desgraciadamente es muy común. Los proyectos no se llevan a cabo por realizar una buena planeación y elegir al mejor equipo para ejecutar las tareas. Los proyectos se van realizando día a día, alcanzando metas a corto plazo, evaluando lo que se va haciendo, corrigiendo las posibles fallas y ajustando de ser necesaria la planeación inicial.
Con esto, podríamos ver cada uno de nuestros propósitos de año nuevo como pequeños proyectos, los cuales, deben de tener fechas de inicio y fechas de conclusión, pues los proyectos son temporales. A parte de definir estas fechas, es necesario saber cómo vamos a lograr dichos propósito, saber si son realistas, si dependemos de otros factores para poder llevarlos a cabo y cuáles son los riesgos que nos podrían llevar a no cumplirlos.
Conseguir resultados diferentes implica hacer las cosas de forma diferente, no basta con la buena intención de hacer la lista de propósitos y dejarlos para realizar a lo largo del año, pues a la mayoría de nosotros no nos ha funcionado en años anteriores. Consigamos uno a uno cada propósito y trabajemos para que este año si se cumpla por completo esa lista.
Cumplir con nuestros propósitos personales es cumplir con nuestro proyecto más importante, porque la vida es un proyecto.
Sobre el autor: Omar García