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Dirección de Proyectos y Maternidad, más similares de lo que pensabas

Cuando se habla de Dirección de Proyectos, vienen a nuestra mente inmediatamente, gráficos de Gantt, juntas de seguimiento, entregables, riesgos, stakeholders, cronogramas y más actividades. Por otro lado, el rol de madre sin duda lo relacionamos con los cuidados a un bebe, cambios de pañales, desvelos, y mucho amor. Sin embargo, al mirar más de cerca, es evidente que estos dos mundos, aparentemente distintos comparten muchas similitudes profundas.

Y aprovechando el mes de mayo, que celebra este rol importantísimo en la vida de todos nosotros en diferentes países de Latinoamérica, como México, Colombia Brasil, Chile, Ecuador, Perú, Uruguay Honduras Costa Rica, Panamá entre otros, es que hoy hablaremos de las similitudes que el rol de PM y ser Madre tiene en común.

Planificación desde el inicio

Tanto una madre como un director de proyectos inician su camino con una idea, un objetivo, una visión. Ya sea lanzar un nuevo producto o criar a un ser humano, ambos requieren una planificación cuidadosa desde el principio (en la mayoría de las veces de manera ideal). Se establecen metas (aunque con los hijos cambien constantemente), se evalúan riesgos, se gestionan recursos (tiempo, energía, dinero) y se establece una ruta hacia el éxito.

Gestión de incidentes y riesgos

En cualquier proyecto, siempre hay imprevistos: retrasos, cambios de último minuto, obstáculos. En la maternidad, estos también abundan: una fiebre inesperada, un berrinche frente a todos en medio del supermercado, o una noche sin dormir antes de una reunión importante. En ambos casos, la clave está en la capacidad de adaptación, de mantener la calma y buscar soluciones creativas bajo presión.

Liderazgo emocional

Una buena directora de proyecto no solo maneja tareas, también gestiona personas. Escucha, motiva y guía. Lo mismo hace una madre todos los días. Ambas figuras desarrollan una inteligencia emocional aguda para leer estados de ánimo, mantener el equilibrio del equipo/familia, y tomar decisiones que equilibren lo racional con lo humano.

Evaluación constante y aprendizaje continuo

En la Dirección de proyectos como en la maternidad, el aprendizaje nunca se detiene. Constantemente debemos de evaluar lo que funciona y lo que no. Se ajustan estrategias, se celebran logros pequeños y grandes, y se aprende de los errores. No hay una guía perfecta, solo experiencia y evolución constante.

El éxito no es solo el resultado final

En dirección de proyectos, se busca entregar algo de valor. En la maternidad, también. Pero en ambos, el verdadero éxito no está solo en el “producto final”, sino en el proceso: en el crecimiento, en los vínculos que se fortalecen, en los momentos compartidos, en el orgullo de ver que lo que se construyó con amor, tiempo y esfuerzo, valió la pena.

Sin duda ser mamá y PM requieren habilidades similares: organización, resiliencia, liderazgo, empatía y visión. Ambos roles implican una entrega total, un manejo constante de variables, y una pasión profunda por lo que se hace. De ahí la gran frase “La vida es un proyecto”.

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