La Agilidad no se impone: 3 preguntas que debes responder antes de adoptar métodos ágiles
Por: Omar García.
Cuando logramos superar el reto de entender que la agilidad es una mentalidad más que una metodología, llevamos una ventaja en la adopción de cualquier método ágil. Parece sencillo, pero frecuentemente podemos encontrarnos ejemplos que demuestran lo difícil que es entender esto y vemos organizaciones tratando de imponer métodos ágiles a sus equipos de trabajo.
Si las presiones para implementar Ágil en tu organización cada vez son más fuertes, ya sea porque algún gerente tomó un curso de Scrum y ahora lo ve como la solución a todos sus problemas, porque es la tendencia y tu competencia ya está trabajando de forma ágil, o por cualquier otra razón, que bien puede ser válida, te pido que le hagas un auto diagnóstico básico a tu organización.
Como consultores, percibimos que es cada vez más frecuente la “necesidad” de las organizaciones por comenzar a trabajar de forma ágil. Pongo entre comillas la palabra necesidad porque al platicar con las personas que se acercan a nosotros solicitando apoyo con su transformación hacia la agilidad, podemos percibir que el motivo que los mueve a esta transformación y las expectativas que tiene de lo que van a solucionar, no son las correctas.
Con base en esta experiencia me gustaría que reflexionaras alrededor de las siguientes tres preguntas y determines si tu organización está lista para la adopción de la filosofía Ágil.
No. 1 ¿Tu organización trabaja en equipo y promueve la creatividad?
El entorno laboral y la cultura de la organización son el terreno que debemos preparar para que la mentalidad ágil pueda florecer.
Los entornos ágiles van más allá de espacios físicos con muebles de diseños atractivos, refrigeradores con cervezas y paredes cubiertas de papeles adhesivos. Es un tema de cultura. Puedes tener todo esto en tus oficinas, pero si hay una competencia feroz entre departamentos, en lugar de colaborar entre sí para beneficio del cliente final, hay problemas que debemos resolver antes de pensar en adoptar métodos ágiles.
La dirección, en muchas ocasiones es responsable de que haya una competencia insana entre los departamentos en lugar de colaborar como equipos. Por ejemplo, cuando se trabaja con un plan de incentivos e indicadores que provoca que las áreas se vean como tribus que deben atacar a otras áreas porque son de distinta tribu y afectan sus intereses.
Cuando las áreas están concentradas en cumplir con sus indicadores, difícilmente encontrarán tiempo para descubrir nuevas formas de mejorar o satisfacer al cliente.
Cada uno de los miembros de una organización son potenciales agentes creativos y pueden potencializar esta creatividad si en la organización tienen una cultura de trabajar en equipo. Fomenta que el trabajo en equipo y la creatividad sean parte del ADN de tu organización.
No. 2 ¿La dirección de la empresa valora a las personas?
Debes tratar a las personas como personas. Suena absurdo, pero en más de una ocasión nos hemos encontrado con líderes que han olvidado que están trabajando con personas, que tienen una vida después del trabajo, que tienen problemas como todo ser humano, que buscan alcanzar objetivos y, sobre todo, que cada uno es diferente.
Como líderes no podemos tomarnos esto a la ligera, sobre todo ahora, cuando la generación millennial ha expresado el valor que tienen estos aspectos para ellos. Puede que nos quejemos de esta generación argumentando que son difíciles de tratar, pero en gran parte de los casos, los líderes no están abiertos a hacer un alto en el camino y reflexionar que las personas están buscando ser valoradas, tan simple como eso.
Valorar a las personas debe ser visto en su sentido más amplió. Cuando delegas la responsabilidad a tu equipo, estás valorando su talento, cuando le dedicas unos minutos para saludarlos y preguntar, sinceramente, ¿cómo estás? los estás valorando como personas.
Recuerda que el primer valor del Manifiesto Ágil es: Valoramos a los individuos y sus interacciones sobre procesos y herramientas.
No. 3 ¿El cliente es visto como lo más importante y está en el centro de las decisiones?
Todas las organizaciones mencionan que el cliente es lo más importante. Pero esto deja de ser realidad al momento de tomar decisiones. Cuando los líderes ponen en la balanza, por un lado, un beneficio económico a corto plazo o el valor que le pueden generar a un cliente a largo plazo, en muchas ocasiones la balanza se inclina por el beneficio económico.
Evan Leybourn, fundador del Business Agility Institute, menciona que las organizaciones hemos olvidado que estamos en el negocio por nuestros clientes, ellos son nuestra razón de ser. “Poner al cliente en el centro no significa que el cliente siempre tenga la razón o que los empleados o accionistas no sean importantes. […] Significa que casi todo lo que hacemos, dentro del contexto de los valores organizacionales, gira en torno a ellos”.
¿Recuerdas esas conversaciones a la antigua, donde conversas cara a cara y no hay tecnología de por medio? Pues es necesario retomarlas con los clientes, seguir aprendiendo de ellos y de sus necesidades. Una organización que trabaja con la filosofía ágil es una organización centrada en el cliente.
Te invito a realizar una reflexión sincera alrededor de estas 3 preguntas que te ayudarán a determinar si tu organización está lista para adoptar métodos ágiles. No olvides que la agilidad va más allá de metodologías impuestas, es una forma de pensar.
Referencias: