Qué es y cómo afecta la maldición del conocimiento a un director de proyectos
La maldición del conocimiento es uno de los muchos sesgos cognitivos con los cuales una persona convive a diario. Los directores de proyectos no son la excepción. En este artículo profundizaremos sobre qué es y cómo afecta la maldición del conocimiento a un director de proyectos.
¿Qué son los sesgos cognitivos?
Los sesgos cognitivos son patrones sistemáticos de pensamiento que llevan a interpretaciones y juicios inexactos basados en información limitada o distorsionada. Estos sesgos pueden influir en la toma de decisiones y en la forma en que percibimos el mundo, a menudo sin que seamos conscientes de ello.
Aunque algunos pueden ver a los sesgos cognitivos como errores sistemáticos en el pensamiento, no son intrínsicamente malos. Los sesgos cognitivos se pueden ver cómo atajos mentales porque representan formas simplificadas y rápidas de procesar información y tomar decisiones.
Estos atajos pueden ser útiles en situaciones donde se necesita tomar decisiones rápidas, pero también nos pueden llevar a errores, ya que puede distorsionar nuestra percepción de la realidad y llevarnos a conclusiones incorrectas.
El sesgo cognitivo de la maldición del conocimiento
De acuerdo con el sitio web thedecisionlab.com: “La gente suele decir ‘el conocimiento es poder’. Pero ¿qué pasa cuando todos tenemos diferentes niveles de conocimiento?
La ‘maldición del conocimiento’ o ‘la maldición de la experiencia’ es un sesgo cognitivo en el que asumimos incorrectamente que todos saben tanto como nosotros sobre un tema determinado. Esto dificulta compartir nuestro conocimiento, porque nos cuesta entender el estado mental de la otra parte.”
Si te conviertes en un experto en un área en particular, como la dirección de proyectos, significa que es un tema que te apasiona y al que le dedicaste el tiempo suficiente. Es muy probable que llegado a este punto te gane el sesgo y empieces a olvidar lo que es no saber lo que sabes.
¿Cómo afecta la maldición del conocimiento a un director de proyectos?
Un director de proyectos experimentado, que posee un conocimiento profundo sobre las técnicas y herramientas de dirección de proyectos, puede asumir incorrectamente que otras personas también poseen ese mismo nivel de comprensión.
Con el dominio de un tema, es natural que uno comience a asumir ciertas habilidades y conocimientos como universales, olvidando el desafío que representa adquirirlos. Por ejemplo, podrías empezar a dar por sentado que cualquier persona puede dirigir un proyecto, liderar un equipo o estimar el presupuesto de manera efectiva.
Podrías no ser tan comprensivo ni empático con aquellos que están empezando en el camino de la dirección de proyectos.
Adicional, este sesgo cognitivo puede tener impacto en varios aspectos del desempeño de un director de proyectos, por ejemplo:
- Falta de comprensión de las necesidades y perspectivas de los miembros del equipo, lo que puede llevar a comunicaciones ineficientes y a una colaboración deficiente.
- Dificultad para identificar y cultivar el potencial de crecimiento de los miembros del equipo, lo que puede obstaculizar su desarrollo profesional y limitar el alcance de sus contribuciones.
- Tomar decisiones basadas en suposiciones y juicios preconcebidos, en lugar de en datos y análisis objetivos, lo que puede resultar en estrategias deficientes o enfoques subóptimos.
- Minimizar los riesgos y desafíos asociados con el proyecto debido a una visión sesgada de la situación, lo que puede resultar en una falta de preparación para enfrentar obstáculos inesperados y en una subestimación de los recursos necesarios.
Recomendaciones para evitar la maldición del conocimiento
Es bueno cuestionarnos qué tan arraigado tenemos este sesgo cognitivo, reconocerlo es el primer paso para mitigarlo. Junto con esto, a continuación, comparto algunas recomendaciones para evitar, como director de proyectos, caer en la trampa de la maldición del conocimiento:
Poner en práctica la empatía. La simplificación de la comunicación y la adopción de un enfoque más consciente al interactuar con personas que tienen diferentes niveles de conocimiento y experiencia en la dirección de proyectos.
Cultivar la humildad intelectual. Reconocer que no se sabe todo y estar abierto a aprender de otros, incluso de aquellos que pueden tener menos experiencia en el área.
Fomentar un ambiente de seguridad psicológica. Establecer un ambiente donde los miembros del equipo se sientan cómodos compartiendo sus ideas y perspectivas, sin temor a ser juzgados.
Buscar retroalimentación. Solicitar comentarios regulares de colegas, miembros del equipo y otras partes interesadas sobre el desempeño y las decisiones, para desafiar las suposiciones y mejorar continuamente.
Conclusiones
Sesgos cognitivos como la maldición del conocimiento pueden llevarnos a interpretaciones y juicios inexactos. Como directores de proyectos debemos estar alertas y procurar autoanalizarnos para mantener una perspectiva más equilibrada y receptiva.
Mantener una mente abierta y una actitud receptiva hacia las perspectivas y habilidades de los demás, enriquece tanto nuestro propio crecimiento profesional como la colaboración efectiva con los miembros de nuestros equipos de trabajo.
Referencias: