Un buen líder sabe cómo motivar a sus colaboradores
Las funciones de un líder son tan diversas y tan alternativas que difícilmente pueden ser acotadas, es decir, no podríamos definir con exactitud en donde comienza y donde acaba el trabajo de un líder, pero una de las principales funciones que debe desempeñar es la de motivar a los integrantes de su equipo de trabajo.
A lo largo de nuestra vida abrimos y cerramos ciclos constantemente. Lo mismo sucede en nuestro ámbito laboral, iniciamos un nuevo ciclo cuando entramos a un nuevo empleo, el inicio de este ciclo nos pone al pie de una colina y aunque puede parecer intimidante comenzar a escalarla, el hecho de comenzar un nuevo ciclo, acompañado de una buena capacitación e inducción nos ayuda a tener una motivación en lo más alto.
Como líderes de un equipo de trabajo debemos tener presente el encontrar los recursos necesarios para que la motivación de nuestros empleados siempre se mantenga en lo más alto. Es muy común que después de comenzar a escalar la colina nuestros colaboradores llegan a una parte que puede parecer una meseta, en donde no encuentran nada nuevo, caminan por un lugar seguro y no se encuentran con nuevos retos. Es muy importante identificar el momento en que nuestros colaboradores llegan a entrar a esta etapa pues pueden presentar 2 comportamientos muy diferentes, uno de ellos es que nuestros colaboradores se sientan a gusto en la llamada zona de confort, lo cual puede ser peligroso pues al sentirse tranquilos y sin nuevos retos no explotaran al máximo su talento y sus cualidades. El otro comportamiento que pueden presentar nuestros colaboradores es la frustración y este comportamiento puede ser aun más riesgoso, pues se encuentran totalmente desmotivados.
¿Cómo motivar a un colaborador frustrado? Quizá la respuesta que viene más rápido a nuestra mente es la de un aumento en su salario, pero no es la respuesta correcta. Para llegar al fondo del problema, primero se debe analizar correctamente, no todas las personas se desmotivan o se frustran por las mismas cosas. Cada uno de nuestros colaboradores es distinto, y al igual que uno se puede sentir frustrado porque ya no ve un futuro donde pueda seguir creciendo profesionalmente, tal vez otro tiene problemas en su casa que inevitablemente se ven proyectados en el trabajo.
Nuestro principal consejo es analizar de manera individual a nuestros colaboradores, a diario trabajamos con ellos pero muchas veces ni si quiera nos tomamos el tiempo para observar cómo llegaron en las mañanas, lejos de saber si llegaron tarde o temprano a la oficina, sería bueno ponernos a observar a cada uno y darnos cuenta si llegaron con una sonrisa, si llegaron con cara de preocupación o con una cara de que ya no pueden con la vida.
Otra recomendación es mostrar interés por ellos, pero un interés sincero. Tomemos un tiempo para tener una plática informal con cada uno, salgamos a caminar fuera de la oficina, preguntémosles sus expectativas sobre su vida, consultemos su punto de vista sobre el proyecto o la empresa, conozcamos si vienen cargando un problema personal de la casa a la oficina, hagámosles ver que son parte de nuestro equipo de colaboradores y que tenemos expectativas de crecimiento para ellos a futuro dentro de la empresa, en fin. Volvemos a repetir, todo este acercamiento debe ser completamente sincero.
Mantener motivado a un equipo de trabajo va más allá de un bono económico, un aumento en el salario o un regalo en la cena de fin de año, pero puede ser tan sencillo como llegar todos los días en la mañana y estrecharles a cada uno la mano para darles los buenos días.
Sobre el autor: Omar García