Un mal recurso afecta toda la planeación
Al estar planeando un nuevo proyecto, contemplamos un plan de gestión de Recursos Humanos, en el cual detallamos la cantidad de colaboradores que se van a requerir y el perfil que deben cubrir. Muchas veces, es normal comenzar a juntar un equipo base de personas con las que se ha trabajado en proyectos anteriores y del que se conoce su perfil, su modo de trabajar y hasta su costo.
Sin embargo, adicional al equipo base que uno como director de proyecto pueda conjuntar, muchas veces será necesario abrir vacantes para cubrir los puestos que hagan falta. Comienza el proceso de reclutamiento, el cuál puede llegar a prolongarse sin obtener al candidato ideal. Aunque siempre es difícil encontrar a la persona que cubra el perfil de la vacante con las competencias necesarias, se vuelve aun más complicado, cuando el proceso de selección no está bien definido.
¿Quién debe encargarse de este proceso? ¿Recursos Humanos? Muchas veces el primer filtro lo realiza este departamento, por lo que se debe conocer cómo lo llevan a cabo. Es importante que, ni los candidatos que pueden llegar a interesarnos para cubrir el perfil queden fuera, ni tampoco que sigan en el proceso, aquellos que no tienen la minima posibilidad de ser parte del equipo.
Dejar pasar al candidato incorrecto para formar parte del equipo puede resultar demasiado costoso. Para cada nuevo integrante se contempla un periodo de acoplamiento, lo que se traduce en tiempo y dinero invertido. Después del periodo de acoplamiento se esperan resultados de esta persona, sobre todo cuando le asignas actividades que van sujetas al cronograma del proyecto. Cuando esta persona comienza a retrasarse más tiempo del normal, o más del tiempo que podría esperarse de una persona recien integrada al proyecto, muchas veces la tarea asignada va ligada con otras y el retraso se vuelve mayor, terminamos asignando otro recurso para concluir la tarea y de repente tenemos una bola de nieve que afecta toda nuestra planeación inicial.
Aunque siempre se debe contemplar en nuestro plan de riesgos la integración de personas nuevas al equipo de trabajo, donde se considere su curva de aprendizaje, lo cual es totalmente normal, no se debe tomar a la ligera el proceso de selección, ni tampoco delegarlo por completo si no tenemos bien definido el perfil y los parametros que estamos buscando en un candidato.
Sobre el autor: Omar García