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Métodos ágiles: ¿Son contradictorios con la Dirección de Proyectos?

Cada vez que he estado involucrado en un proceso de adopción de prácticas de Dirección de Proyectos, surge la pregunta: ¿y por qué no usamos métodos ágiles? Aun considerando que, la mayoría de las veces, solo estamos tratando de implantar las prácticas más básicas y elementales.

Ciertamente el uso de métodos predictivos, esto es suponer que es posible definir completa y anticipadamente la solución a desarrollar, y de esta forma generar un plan detallado del proyecto, que después se vaya ejecutando rigurosamente, no ha dado los resultados esperados en el desarrollo de software. Dentro de las principales causas, podemos señalar que el cliente y los usuarios conocen perfectamente el problema, pero no están en condiciones de definir en detalle la solución.

Frente a ello surgen como respuesta los métodos adaptativos (o ágiles), que ponen énfasis en el trabajo en equipo y la creatividad, para ir desarrollando la mejor solución. Esto se va haciendo con entregas parciales y frecuentes de software funcionando, en lugar de tener que “crear” un producto completo en papel, generando como consecuencia una voluminosa documentación , lo cual permite mejor interacción con el cliente y una mejor medición del estado de avance del proyecto. Ello va permitiendo adaptarse al cambio en forma mucho más natural que los métodos predictivos.

Pero los principios generales de la Dirección de Proyectos siguen presentes. Por citar algunos elementos básicos, sigue siendo necesario ponerse de acuerdo al principio del proyecto acerca de los objetivos, alcances, plazos y costos. En lugar de hacer una planificación detallada, se hace una planificación general que se va detallando a lo largo del tiempo (lo que el PMBOK llama planificación incremental). Un factor central de esta planificación es la priorización de los requisitos, que se basa en el valor, costo y riesgo de cada requisito.

Se equivoca quien cree que “método ágil” es comenzar a desarrollar software sin un proceso previo de entendimiento del problema y de planificación. Ciertamente el concepto “ágil” prioriza “Software funcionando, sobre documentación exhaustiva”, pero esa afirmación se hace en un contexto de procesos con mucha documentación. En ningún caso debe entenderse que “ágil” significa la ausencia de toda formalidad.

Andy Hunt, uno de los firmantes del Manifiesto Ágil, se queja en http://blog.toolshed.com/2015/05/the-failure-of-agile.html que la palabra ágil se ha vuelto un slogan, y que las personas lo que hacen es seguir un conjunto de reglas. La aplicación de métodos ágiles exige pensar, y eso parece que es difícil. Para peor, continúa Hunt, los métodos ágiles más populares se han mantenido estáticos durante más de una década, ¿dónde quedó el “inspeccionar y adaptar”?

En mi opinión, la aplicación de cualquier método requiere en primer lugar de un claro conocimiento del método y de sus fundamentos, para después aplicar las técnicas y procesos en forma flexible, nunca perdiendo de vista el objetivo final.

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